HISTORIA DE NADAS de Andrés Barba

Como indica en la contraportada este libro está recomendado para niños entre 8 y 10 años, pero yo especificaría a partir de 8 años, porque es cuando se puede entender, pero sin límite de edad. A veces los adultos aprendemos más de los cuentos para niños.

La historia es entretenida y divertida, incluso para los nombres de los personajes, pero sobre todo enseña muchos valores como la cooperación, la amistad, la solidaridad, el amor o el respeto. Valores que deberíamos aplicarnos nosotros y enseñar a nuestros hijos.

Algunas frases del libro:

“Sus padres querían que fuese princesa pero ella no quería ser princesa sino jugadora de fútbol”.
“Sus padres le habían dicho que tenía que esperar a su príncipe azul. Pero ella no quería un príncipe azul porque es un rollo y sólo sabe matar dragones e ir a caballo, y a lo mejor es guapo, pero de eso te aburres, igual que te aburres de matar dragones”.
“Tranquilos es un problema muy grave, pero todos los problemas tienen una solución”.
“Debéis unir vuestras fuerzas”.
“Pensaba que iba a ser capaz de reír, pero he olvidado cómo se hace. ¿Podrías tu enseñarme a reír?.
Eso no se puede enseñar, las personas se ríen porque son felices, tal vez no puedes reír porque no eres feliz”.

Contraportada:
En el pueblo de Nadas, habitualmente tranquilo y en donde nunca pasa nada, una noche desaparecen las estrellas. Ante la consternación de los habitantes, el alcalde decide crear una expedición para visitar a tres sabios con el fin de encontrar una solución. Y la encuentran. Las estrellas no han desaparecido, sencillamente se han apagado. Para volver a verlas, deben construir entre todos una escalera lo suficientemente alta como para apretar el interruptor de las estrellas...
La ingeniosa y disparatada galería de personajes (un alcalde que rueda o un niño nacido de la raíz de un árbol que no puede llorar porque se convierte en arbusto) hacen de este libro una lectura ideal para niños de entre 8 y 10 años en la que, junto al dinamismo de la historia, se hace hincapié en valores como la solidaridad, el amor o la necesidad de inclusión.