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martes, 1 de diciembre de 2009

“Dobente” en la Puna El duende norteño de Argentina


Le llaman “dobente” en la Puna. Es el duende universal en su versión puneña. Creen en él y le temen. Son espíritus de la naturaleza que vagan en todas las soledades campesinas del mundo y que probablemente tenga su origen con la llegada del español.


Son los quiméricos seres nacidos en las fantasías populares de todos los países, que tienen de común entre sí su tamaño liliputiense, su genio travieso, inquieto y juguetón y su constante afición por torturar a los hombres, niños y doncellas, de mil maneras distintas.


En la puna se lo identifica desnudo y de no más de 50 centímetros de altura; tiene una mano de hierro y otra de lana y un enorme sobrero de ala ancha, que le cubre por entero desde arriba su pequeño cuerpecito.


Duendes buenos, duendes malos. Ni muy buenos ni muy malos. Siempre traviesos. En Jujuy se esconde tras la roca solitaria de la Puna y en las profundidades del manantial. En las selva se los conoce muy poco y en los llanos se los ignora. Dice la tradición, que siempre es bueno llevar un rosario o un lazo. Sirven para alejarlos. A gente de estas armas llevar, no se atreve el duende sombrerudo.


Cuentan algunos paisanos, que, en ciertas ocasiones le han oído tocar la guitarra en los cerros, de una manera triste, y cantar como lagrimeando.


mientras leen les estoy haciendo llegar estrellitas de protección y amor!
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jueves, 24 de septiembre de 2009

El Jáncanu y el Pelujáncanu versión hurdana del mito del cíclope

Son la versión hurdana del mito del cíclope presente en muchas culturas indoeuropeas y peninsulares. Visten con pieles de animales y poseen un cuerpo peludo y gigantesco, además de un único ojo enorme en su frente, lo que no les impide tener una vista prodigiosa y “panorámica” de varias leguas a la redonda desde la altura que les proporciona su estatura. A menudo se le supone casado con una jáncana o hijo de alguna de ellas, pese a que éstas no suelen ser de un tamaño tan descomunal como el Jáncanu. Son seres malignos y antropófagos que viven en cuevas de los montes hurdanos dedicándose al pastoreo.

Existe de hecho un relato sobre el Jáncanu que sería una versión del mito de Polifemo en la Odisea adaptado a la realidad hurdana, algo que se repite con el Tartalo vasco.

El Pelujáncanu se diferencia del Jáncanu únicamente en su cabeza calva con un solo pelo, en el que reside su descomunal fuerza.
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