En el Canigó, el fantástico monte del Pirineo Oriental, existe, entre otros, el lago de Lanós, que tiene su leyenda. Los naturales del país aseguran que en el fondo de este lago se esconden hermosos palacios habitados por las hadas, "las buenas mujeres del Pirineo", que velan por sus moradores y los libran de los malos espíritus.
Cuenta la leyenda que la reina de las hadas, que habita uno de los más bellos palacios del lago Lanós, salió una tarde a pasear por el Canigó. Sentado a la entrada del bosque, vio a un joven pastor, de muy agradable figura. La reina de las hadas quedó embelesada contemplando al apuesto muchacho. Para acercarse a él, el hada tomó la apariencia de una joven pastora y así consiguió enamorarle. Se casaron y la reina de las hadas le reveló la verdad y le llevó con ella a su palacio del fondo del lago. Por espacio de varios años vivieron felices ocultos allí. Pero llegó un día en que el pastor sintió la nostalgia del sol, de los bosques y de los prados.
Y cuentan que la reina de las hadas, comprendiendo los sentimientos de su amado, le colmó de riquezas y le dejó marchar a la superficie de la Tierra. El apuesto muchacho pasó el resto de sus días en el Canigó y fue siempre fiel a la reina de las hadas.
Publicado por Estrella Viajera
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martes, 15 de febrero de 2011
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