“Almanaque” se titula el volumen que compila textos publicados entre 1955 y 2005
Eduardo Lizalde es eminentemente poeta, su charla intenta andar su camino narrativo pero retorna siempre a la poesía, a los poetas amigos y leídos. Aunque se ha consagrado en la poesía con libros como El tigre en la casa y Cada cosa es Babel, sus registros creativos abarcan el ensayo, el periodismo y la narrativa.
En todos esos géneros es riguroso y preciso con la palabra. En cada nueva obra parte de la certeza de que las complicaciones de la prosa y las de la poesía son exactamente las mismas. “No hay diferencia al abordarlos, simplemente son distintos géneros”.
El escritor y melómano, nacido en la ciudad de México en 1929, accedió a hacer una antología con los más significativos cuentos que ha escrito entre 1955 y 2005, publicado por Era y la Dirección de Literatura de la UNAM, bajo el título Almanaque de cuentos y ficciones, un libro “misceláneo, donde se congregan 50 años de cuentos realistas, fantásticos, de ficción, pero en el que suprimí muchas cosas que me parecieron frustradas”, afirma el poeta.
Aunque su cuento La cámara, publicado en 1955, tuvo una buena recepción entre la crítica literaria y fue calificada de obra maestra y digno de figurar en la antologías mexicanas, Eduardo Lizalde abandonó el cuento o al menos no lo trabajaba tanto; recuerda que como algunos autores no celebraron tanto su trabajo cuentístico “dejé de escribir cuentos un rato, aunque los seguí publicando en revistas”.
A pesar de su buena estancia en la poesía, Lizalde no abandonó del todo el relato y a lo largo de cinco décadas continúo con su ejercicio, publicando sus cuentos en revistas; en este tiempo incluso publicó una novela Siglo de un día, que es considerada una de las mejores épicas de la Revolución Mexicana y que fue reeditada en 2010.
La narrativa de un poeta
Eduardo Lizalde no se concibe sólo como poeta, aunque reconoce que ese género le ha dado muchos lectores en todo el país. Es también un narrador que sabe que la poesía y la gran literatura es obra de la madurez, pues aunque el aliento puede venir de la juventud, sólo la experiencia de la vida puede generar obras de gran calidad.
El miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y director de la Biblioteca José Vasconcelos niega que haya un Eduardo Lizalde poeta y uno narrador. “La literatura cambia con la edad, con el tiempo, con el mundo, nunca se escribe el mismo poema ni el mismo cuento, pero evidentemente la literatura está marcada por las lecturas que se hacen, por la evolución personal y porque la temática empuja a otros rumbos”, comenta.
Para Lizalde, la temática y las lecturas empujan al escritor a distintas aventuras. “Alguien decía que ciertos poetas como Marco Antonio Montes de Oca y Jaime Sabines eran poetas de una sola línea, pero también poetas disímbolos que escriben por muchos caminos; yo he intentado textos metafísicos, amorosos, históricos, sociales, textos sobre la poesía de otros autores, hay muchos registros porque siempre intento nuevas aventuras”.
Yanet Aguilar Sosa | El Universalyanet.aguilar@eluniversal.com.mx
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viernes, 11 de febrero de 2011
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