Cuando viajé a Portofino, Italia, en la bahía de San Fructuoso, tuve la ocasión de bucear el Cristo de los Abismos: una escultura de Jesús hecha en bronce, hundida en esa bahía como símbolo protector de los buceadores. Me impactó esa figura de bronce con los brazos abiertos mirando hacia la superficie, en ese contorno azul rodeado de peces me nació la idea de hacer algo semejante en el Parque Submarino de Puerto Madryn”.
El relato pertenece al recientemente desaparecido Jorge Pérez Serra en su libro ‘Historias Submarinas’, uno de los pioneros y mentores del primer parque reserva submarina de la ciudad, emprendimiento que llevó a cabo junto a Héctor Mangini, Santos Solís, los hermanos Nicoletti, entre otros tantos que fueron protagonistas de la historia del buceo en la Argentina.
Pérez Serra en sus memorias recordaba que el artista Pedro Roth los contactó con la escultora Rosemay Gerdes, quien aceptó el desafío de hacer la obra en madera, donándola a la Provincia, “pero no siguiendo un concepto tan solemne como es la imagen de Jesús, sino como la de un Pastor que cuida el rebaño de las criaturas marinas”, escribió.
“Con Héctor Mangini, parte fundamental en la historia de Turismo Submarino, convenimos en que la obra debía tener un porte de más de 2,50 metros de altura. Habíamos elegido para su ejecución un par de troncos de quebracho blanco; pero las maderas capaces de perdurar largo tiempo bajo el mar son de textura muy dura para cincelar y el trabajo para Rosemary se duplicó en tiempo y esfuerzo”, narró en su libro.
La escultura fue tallada en Buenos Aires y llegó a Madryn en dos partes, en la herrería de Santos Solís fue ensamblada y el 23 de enero de 1983, tras una formal ceremonia donde fue bendecida por el párroco Rafael Aene, se inició la maniobra de fondeo del Pastor en el parque submarino Emma.
Ajustado a la base que habían construido en el lecho marino “nos retiramos a contemplarlo -decía Pérez Serra-, y quedamos realmente emocionados. Esa escultura enorme, rodeada de peces, dentro de ese silencio penumbroso de la tarde tomaba un tamaño y una dimensión fuera de cálculo. La flota y los bivalvos tardaron muy poco en revestirlo y una cantidad de peces se cobijaron bajo la gran estructura”, añadía al describir la tarea, los sentimientos y los resultados.
Al año, un mar de fondo derribó al Pastor de su estrado, y debieron volver a emplazarlo reforzando el anclaje de la base. Más tarde, inadaptados, le serrucharon las manos, y nuevamente recurrieron a Rosemary Gerdes que talló un par. El destino le tenía deparado otro desafío, porque años más tarde un barco fondeó indebidamente en el parque y con el ancla barrió con lo que había. Fue recuperado y llevado al predio de la Prefectura donde permaneció hasta hace poco.
La comisión directiva del Club Náutico Atlántico Sud recogió el guante y hace pocos meses convocó a la Asociación de Operadoras de Buceo y en conjunto trabajaron para devolverle su lugar al Pastor de los Abismos que es el fondo del mar, tal como fue pensado, y como Jorge Pérez Serra había pedido en una carta que escribió poco antes de fallecer.
Su restauración y acondicionamiento se realizó en el Club Náutico y el próximo Domingo de Pascuas la escultura será fondeada en el parque Emma, se lo llevará en procesión desde el Piedra Buena a bordo de una lancha de Prefectura. Antes, estará una semana en el muelle para que la comunidad pueda contemplarlo y conocer más sobre esta particular historia madrynense.
/www.diariodemadryn.com/
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