Erase una vez, como me dijo esta mañana un pez, un pequeño pueblo que he de buscar en la luna. No se encuentra en la superficie porque, me dijo al oído, está en el cráter Escondido. Primero te contaré la historia de este pez que apareció en mi cama tendido sobre mis pies.
Nadaba bajo las aguas del río,
Rioúnico, el que hay en el bosque,
se acercó un ogro con sed y
dejó todito el río muy seco y sin un solo pez, ya veis.
Pero el ogro no sabía que,
yo en una esquina me quedé,
después me subí a una colina de miel
que a la luna le nació, en ese momento, sobre su piel.
Hola, soy de nuevo Anaïs, como cada mañana, Tranquila la tortuga, me trajo el desayuno, dos tostadas y un tazón de leche, supongo que os parece bien. Para la leche unos cereales y para las tostadas, como no, la miel. Al abrir el tarro para untarla en mi tostada, me quedo un poco anonadada y también asustada.
Allí estaba, nadando y encantado, el pez del que te he hablado. Al preguntarle quién era y que hacía allí, no me dijo de donde venía pero sí a donde quería ir. A un pequeño pueblo que hemos de buscar en la luna, que no está en la superficie porque está en el cráter Escondido. Y así, salimos sin prisas esa mañana.
Caminando con mis piernas, que para eso tengo dos, me cansé de visitar mil cráteres y conmigo agarradito, el pez. Llegada la noche no habíamos encontrado nada, ni la entrada, ni un zumbido, que como me dijo Tranquila era lo que se oía en el cráter Escondido.
Está bien –nos dijo Luna- os diré como es que se llega: Dar cuatro saltos, un estornudo y encoger las piernas, apretar con un dedo el ombligo y así llegarás al cráter Escondido.
Y así lo hicimos, en ese momento la luna dio vueltas y nos caímos de cabeza al famoso cráter escondido. Estamos los tres sentados en un suelo de papel, es una gran cueva de serpentinas, de grandes confetis y por todos lados muchas redes, de cordel.
Mil peces que se pasean, aunque no tengan pies, y unas paredes de agua para que se sientan bien. Pues aquí te dejo, mi queridito pez, ya vendré a visitarte alguna que otra vez.
Hasta otra- Anaïs, ya sabes donde hay un amigo, solo tienes que venir cuando quieras, al cráter Escondido.
Fin
El cráter escondido. Kike el duende, escritor español. Cuentos infantiles. Extraído de libro “Desde los cráteres a la luna”
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martes, 19 de abril de 2011
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