La palabra limbo proviene del latín “limbus” y se le atribuyen varias acepciones aunque su significado principal es el que señala “el borde de un vestido”. Es decir, que para nuestro propósito podríamos estar hablando de un borde o límite.
Cuando el limbo está implicado dentro de los términos de la religión es considerado algo así como “el borde del infierno”, y ello se refiere de manera particular al concepto que se establecía para determinar el lugar en el que se transitaba camino a un destino final.
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Por ejemplo, existe el Limbo de los Patriarcas, que era el lugar donde fueron los justos pero antes de que Jesús muriera por nosotros, y cuando esto se dio, se pudo luego rescatar sus almas para ser llevadas junto al Ser Supremo.
Igualmente, existe un limbo para aquellas almas que llevan consigo el pecado original, como lo son los niños sin bautizar y que justamente lleva el nombre de Limbo de los niños.
Cuando se reza el Credo, se hace una referencia a que Jesucristo “descendió a los infiernos y que luego subió a los Cielos”, lo cual nos da una idea de que el Hijo de Dios luego de su muerte bajó a los infiernos o al limbo por aquellos justos para llevarlos al cielo luego de una larga espera por su libertador.
En el caso de los niños muertos sin el sacramento del Bautismo , se confía en la infinita misericordia de Dios que será quien los lleve a su lado, debido a una real inocencia expresa en ellos.
Aunque luego del Concilio Vaticano II se abandonó el concepto del limbo, aún hoy se sigue con una creencia férrea por la mayoría de cristianos, de que existe un lugar al que van las almas pecadoras que necesitan el perdón de Dios para poder subir al Cielo, lo cual implica mucho rezo y oración durante tiempos inexistentes a fin de saldar las cuentas que tuvieron en este mundo.
Fuente: Corazones
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martes, 6 de abril de 2010
La palabra limbo proviene del latín “limbus”borde o límite
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