Una casa que no ha sido elegida al azar, sino que se trata de la vivienda materna de la artífice de esta iniciativa turística, María del Mar Herrero, quien, junto a su marido, Antonio Fuentes, comenzaron a fraguar la idea hace once años, si bien no pudo hacerse efectiva hasta 2004.
María del Mar Herrero regentaba por entonces un establecimiento de golosinas y frutos secos, que ahora es una tienda de decoración, y, a raíz de recibir peticiones de los visitantes para adquirir "algo típico de Rioseco", abrió la caja de pandora de su imaginación para responder a las demandas del público, "ya que, a excepción de pastas y los conocidos pasteles de Marina, no había nada más".
Todos en el municipio sabían de la existencia de la leyenda del cocodrilo, ya que, de hecho, en la iglesia de Santa María de Mediavilla, se conserva la piel de este caimán, que fue donada por Manuel Milán, riosecano que marchó a América en busca de una fortuna que encontró, ya que llegó a ser alcalde de Puebla, en México.
Esa es la procedencia de la piel, pero la leyenda habla de que, cuando se estaba construyendo la iglesia, los obreros veían destruido todo lo que elaboraban cada día, a causa de los destrozos provocados por un cocodrilo, al que mató uno de los presos que trabajaba en la edificación del templo.
Con mucho ingenio, el preso se situó detrás de un espejo que puso frente al animal, el cual, al ver su propio reflejo, se quedó paralizado de terror, momento que aprovechó el reo para asestarle una certera lanzada, gracias a la cual recibió la libertad de manos del Almirante Enríquez.
De cómo se convirtió el cocodrilo en caramelo, María del Mar inventó su propia historia: "en las crónicas se cuenta que, para celebrar la muerte del monstruo, hubo un gran regocijo, se engalanaron rúas y soportales y se hicieron dulces de todos los sabores y colores con la misma forma del animal, para regalo y disfrute de toda la gente".
Y así fue, después de toda una odisea, ya que necesitaron realizar una inversión de 12.000 euros para poner en marcha todos los "souvenir", no sólo la piruleta de cocodrilo, sino también dedales, camisetas, pastas, gomas para los niños, ambientadores para armarios, pisapapeles, llaveros o tablillas con refranes.
Con la llegada de los miles de visitantes que acuden a Rioseco para ver Las Edades del Hombre, el cocodrilo ha cobrado mayor protagonismo y, según explica a EFE María del Mar "la mayoría se va con un recuerdo en forma de caimán y muchos llegan para ver la réplica del animal, sabedores de su existencia por otros conocidos".
En total, hay catorce puntos de venta en los que se puede adquirir alguno de los "souvenirs" del cocodrilo y se está planteando la posibilidad de "exportarlos" también a Medina del Campo, la otra sede de la muestra sacra, después de haberlo hecho previamente a Urueña, la villa del Libro, otro de los destacados centros turísticos de la provincia vallisoletana.
El objetivo nunca ha sido "lucrarse" con esta iniciativa, sino "potenciar el nombre de Medina de Rioseco a través de algo propio y que enganchara a la gente", por lo que continúa recibiendo la visita de las musas y ha llegado a escribir dos cuentos para niños con "Secori", el cocodrilo, como protagonista, que no han podido salir a la luz debido a su elevado coste.
Y es que esta familia no ha recibido ni un euro de ayudas, a pesar del impulso turístico que está suponiendo para la localidad y, por tanto, todos los productos y su desarrollo previo han salido de su bolsillo, incluida la réplica que han realizado en Filipinas, que fueron a buscar a Barcelona en una furgoneta y que se ha convertido ya en una referencia turística para el pueblo. EFE
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domingo, 26 de junio de 2011
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