Son la versión hurdana del mito del cíclope presente en muchas culturas indoeuropeas y peninsulares. Visten con pieles de animales y poseen un cuerpo peludo y gigantesco, además de un único ojo enorme en su frente, lo que no les impide tener una vista prodigiosa y “panorámica” de varias leguas a la redonda desde la altura que les proporciona su estatura. A menudo se le supone casado con una jáncana o hijo de alguna de ellas, pese a que éstas no suelen ser de un tamaño tan descomunal como el Jáncanu. Son seres malignos y antropófagos que viven en cuevas de los montes hurdanos dedicándose al pastoreo.
Existe de hecho un relato sobre el Jáncanu que sería una versión del mito de Polifemo en la Odisea adaptado a la realidad hurdana, algo que se repite con el Tartalo vasco.
El Pelujáncanu se diferencia del Jáncanu únicamente en su cabeza calva con un solo pelo, en el que reside su descomunal fuerza.
Ultimas noticias en el Buscador Místico:
jueves, 24 de septiembre de 2009
El Jáncanu y el Pelujáncanu versión hurdana del mito del cíclope
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario