Se vende playa con sirena

Dicen quienes juran haberla visto que, al atardecer, encadena saltos fabulosos entre las olas que son un espectáculo único de sol y espuma. Dicen que nunca se vieron cabriolas más hermosas sobre el tapiz del mar. Hasta dicen, si uno pregunta, que desde lejos parece tener los rasgos de Bar Rafaeli, la “novia” de Israel como Julia Roberts lo fue de América.

Y mientras dicen y dicen, a quien mejor le va es al ayuntamiento de Kiryat Yam, una localidad diez kilómetros al norte de la portuaria Haifa que acaba de sacar a subasta en e-bay, por tres millones de dólares, una pequeña playa donde, dicen… se zambulle una sirena.


Con la salvaguardia por delante de que ellos no inventaron la leyenda para hacer turistas ni caja, la Municipalidad que dirige el alcalde Shmuel Sisso se ha convertido, no obstante, en el principal alentador y beneficiario de este cuento de hadas.


Los primeros rumoressobre el avistamiento de una criatura mitad mujer mitad pez en el tranquilo Mediterráneo que toca el pueblo se registraron el pasado agosto. Entonces, un vecino de 60 años aseguró que, mientras pescaba junto a unos amigos en la costa, pudo contemplar el prodigo de una ninfa mitológica aguas adentro. Nada de delfín, porfiaría el hombre, sirena y bien joven.


Su historia de ensueño se agrandaría cada vez más con los testimonios nuevos y alucinantes de docenas de personas. Cuanto más se extendía la fantasía, más público acudía a Kiryat Yam a tentar la suerte y la imaginación a la caída del sol y, con ellos, crecían también los detalles, la magia, la belleza del espejismo…
¿Recompensa? Un millón de dólares


Pero nadie contribuyó tanto a almibarar esta fábula como el propio Ayuntamiento, que en un abrir y cerrar de ojos puso en circulación una recompensa de un millón de dólares para quien lograra aportar una prueba de la existencia de la sirena.

“Si realmente es así, entonces vendrá tanta gente que recuperaríamos mucho más de esa cantidad”, se las prometía el portavoz de la institución local, Natti Ziberman.

Una providencial mención al botín en la cadena norteamericana Sky News hizo el resto para que el nombre de la villa y su asombrosa actualidad dieran la vuelta al mundo. El próximo documental en torno al pueblo y su fantástica convecina, según publica hoy el diario Ma´ariv de Tel Aviv, ya lo tiene preparado la cadena NBC.


A estas alturas no hay ni evidencia material, ni foto, ni media foto, del ser marino, ni grabación alguna de su canto, pero en la tierra firme de Kiryat Yam nunca se ha visto tanto visitante junto como el verano pasado ni, en su fondo marino, tanto buceador buscando desesperado a la esquiva mujer-pez.


Con solo 45.000 habitantes, Kiryat Yam siempre quiso ser un polo de atracción turística. Como Haifa, tan próspera y tan efervescente.

Tan magnética como San Juan de Acre, Akko en hebreo, con sus muros viejos y sus restaurantes salpicados de sal. Pero Kiryat Yam ni siquiera tiene un hotel, aunque, ahora sí, ha colocado la inédita subasta en Internet de una romántica y quimérica playa de 500 metros de largo donde, –oh, casualidad!-, los planes urbanísticos permiten construir en primera línea, según reza la oferta.

La ciberpuja ha comenzado. No está nada claro que Kiryat Yam vaya a pescar nunca una sirena, pero lo que si parecen haber pescado es un buen negocio.