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miércoles, 21 de julio de 2010
La leyenda de la Casa Castellarnau Mar Cirera
La noche comenzaba a caer cuando uno de los vecinos de la Part Alta regresaba a su casa. En los años cincuenta los callejones del casco antiguo de Tarragona eran poco transitados. En las esquinas algunas farolas amarillas y otras de rojas orientaban con una tacaña luz el camino hacia casa. El vecino cruzaba todas las noches por la calle Cavallers, a la misma hora. A su paso, sólo se oía el ritmo de sus zapatos al pisotear los adoquines. Pero aquella noche algo cambió. No hacía frío, ni niebla, ni tampoco se veía la luna. Era una noche rutinaria y aburrida cuando unas notas de piano rompieron el silencio de la calle.
El vecino se encontraba delante de la Casa Castellarnau. El edificio noble estaba deshabitado desde decía algunos años y la tristeza que sufren las casas desoladas al no albergar gente era evidente en la fachada principal. El vecino se detuvo y con él la música. Levantó la cabeza y rastreó con todos los sentidos a su alrededor. No vio a nadie. Reanudó el paso y no había puesto el pie en el suelo cuando la música volvió a sonar. Las notas del piano chirriaban por toda la calle Cavallers.
Finalmente el vecino dejó atrás la calle Cavallers y entró en su casa. Le contó lo ocurrido a su hijo que no acababa de comprender lo que su padre le explicaba. A la mañana siguiente el abuelo fue a visitar a un amigo y vecino de la Part Alta.
- Ayer oí las notas de un piano en la calle Cavallers, confesó el abuelo.
- Y procedían de la Casa Castellarnau, ¿verdad?, contestó.
-Sí. ¿Cómo lo sabes?, dijo el abuelo desconcertado.
- Yo también las he oído.
- Pero en la casa no vive nadie, contestó el abuelo, aún sorprendido por la experiencia vivida la noche anterior.
- Tengo que explicarte algo. Hace unos días vi a una niña detrás de los cristales de la casa, confesó el amigo.
- ¿Qué niña?
- La que toca el piano.
- ¿Alguien más la ha visto?
- Sí, varios vecinos del barrio.
- ¿Dónde la han visto?, continuaba preguntando el abuelo.
- Algunos explican que en el balcón, otros confiesan que la han visto detrás de los cristales...
- ¿Y quién es esa niña?
El abuelo se lo contó todo a su hijo y este se lo explicó a su otro hijo, así la leyenda de la Casa Castellarnau ha viajado de generación en generación.
La leyenda también explica que la niña que algunos dicen haber visto y otros haber oído podría ser Carolina. Según parece, habría nacido entre finales del siglo XIX y principios del XX con algunos problemas de salud y debido a su enfermedad Carolina podría haber fallecido a una edad temprana.
Actualmente la Casa Castellarnau está abierta al público. Algunos confiesan que al entrar en la sala del piano perciben una presencia extraña. La leyenda también explica que ahora la niña está contenta porque la casa se encuentra en un buen estado de conservación y porque está abierta a los turistas y los tarraconenses que quieran visitar la casa como museo. Finalmente la leyenda también cuenta que hace algunas décadas se realizaron psicofonías en distintas habitaciones y el resultado fue positivo. Compruébenlo ustedes mismos.
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